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EL SECRETO DE LA SALUD

IVAN DARIO QUINTERO

Zerión

 Copyright:

ISSN 0123—2185

Reservados todos los derechos

 

salud física, emocional y mental, es el ideal que toda persona relativamente consciente de las leyes de la vida, desea mantener a lo largo de su encarnación.”

 

INTRODUCCION

Como seres humanos somos células de un conglomerado cósmico; somos parte inherente de la vida universal.  Con gran ingenuidad solemos pensar que “lo que yo haga no afectará a los demás”, pero nos hemos de dar cuenta que inexorablemente nuestros pensamientos, palabras y actos, no solamente afectan nuestra vida de una manera agradable o desagradable para nuestro sentir, sino que también afecta a todos.

Como parte de la humanidad debiéramos esforzarnos cada momento para que nuestra palabra sea armoniosa, bella, veraz y espiritual; nuestras emociones lo más puras posibles, y nuestros sentimientos de bondad y de comprensión, para compartir con los demás el estado de armonía interna que podamos conquistar.

El sufrimiento de la humanidad, se debe al egotismo que es separatividad; pensar: “lo que

yo hago, es problema mío”, es un tremendo error porque según como nos encontremos en un momento dado, así estaremos afectando el entorno en el cual vivimos.  Es algo que podemos ver en todos los momentos de nuestra existencia, porque necesariamente formamos parte de un entorno con el que debemos aprender a convivir.

 

EL SECRETO DE LA SALUD

LA VIDA

El más grande misterio de la creación es la vida; ella es la razón de ser de todo cuanto Es.  Somos parte de la vida que en el Universo se manifiesta como Soles, Galaxias, Constelaciones y en nosotros, en donde la vida tiene su morada, con una relativa independencia en la forma.  Pero el cuerpo denso, no es la única corteza que utiliza nuestra vida, como centros de consciencia que somos, para su manifestación.

Tenemos además otras cortezas (o cuerpos), que están en relación con la vitalidad, con las emociones y deseos, con los pensamientos, con la imaginación, con los sentimientos y con los estados intuicional y conscientivo.

Todos son diferentes modalidades de expresión de la energía única, de la energía cósmica, de lo Divino, que solemos llamar Dios.

Realmente esa energía se ha convertido en substancia—vida para hacer posible los fenómenos de la consciencia, y de la posibilidad de amor relativo que vamos educiendo a lo largo de la evolución.

Pensamos que la felicidad depende de la comodidad física, de los millones que se tengan en una cuenta bancaria, de los lujos, o viajando a otro país; son ingenuidades, no depende de nada de eso.  Son solamente situaciones muy superficiales en donde la profunda realidad, es nuestra realidad interior, de cómo llevamos nuestra vida y cuales son nuestros estados de sensibilidad y de consciencia.

Podemos tener mucho dinero pero si estamos siendo afectados por la emotividad, el odio, los celos, el temor, la envidia, la incertidumbre, estaremos en una etapa muy triste y no tendremos en ningún momento la paz interior que es lo que realmente debiéramos buscar.

Aunque nuestro trabajo sea sencillo y nuestra condición humilde, si cultivamos la armonía interior, luchando por decir la verdad en todos los momentos, con amabilidad, dulzura y cariño, intentando comprender en todo momento a los demás, tendríamos el paraíso, sin importar donde estemos.

La vida evoluciona en diferentes modos o estratos, y nuestro cuerpo como biotipo, depende de como lo hayamos cuidado en esta vida y en las anteriores.

Los Rosacruces siendo evolucionistas y reencarnacionistas, comprenden que el ser humano no puede llegar al sumum del conocimiento, de la armonía, de la consciencia y de la espiritualidad, en una etapa tan corta como cincuenta, setenta o noventa años.  El ser humano ha de llegar a esquemas superiores de evolución para perfeccionarse sucesivamente, hasta liberarse del sufrimiento que implica estar en el plano físico con sus limitaciones, enfermedades y penas.

Es absurdo pensar en un Dios caprichoso e inconsciente, que a unos los hace nacer perfectos y sabios, y a otros imperfectos e ignorantes.  Sería la mayor injusticia e inconsciencia de la suprema justicia y consciencia del Universo.  Pero sí existe la eterna ley de causa y efecto a la cual el Sr. Jesús hizo referencia diciendo: “no hagas a otros lo que no quieras que hagan contigo”, lo que para la física es un fenómeno muy sencillo: la ley de acción y reacción.

Tal como queremos que nos traten los demás, así debemos tratarlos; tal como queremos que sea nuestra salud y organización biológica en futuras encarnaciones, así debemos cuidar nuestro organismo y la semilla germinal, no abusando de ella, porque enfermedades tan graves como la tuberculosis, dependen del abuso de la energía psicogenésica en anteriores encarnaciones, lo que implica y explica que haya muchas personas que desde muy corta edad tengan grandes sufrimientos o padecimientos a nivel broncopulmonar que lo llevan a esa enfermedad que generalmente termina con el fallecimiento.

Al ser humano se le ha estudiado relativamente en el campo físico, también, aunque un poco menos, en lo fisiológico, menos lo psicológico en relación  con la mente, y en los campos anímico, sensorial y conscientivo, prácticamente nada.

El hombre, no es la figura de carne y hueso relativamente bien o mal trajeada que vemos cada día, sino la VIDA que se encuentra tras de esa forma.  El ser humano tiene un cuerpo que le permite adquirir la experiencia correspondiente a lo largo de la evolución, con el fin de que las facultades del alma y del espíritu, puedan ir creciendo, haciendo de este ser un ser superior.  Esa es la finalidad de la evolución, llevar al hombre en un crecimiento constante tanto en el campo anímico y moral, como en el espiritual que es el estado conscientivo.

En la constitución fisiológica del ser humano, debemos tener en cuenta que dentro de ese mismo aspecto funcional, se encuentra la base relativamente importante de lo que es la salud o la enfermedad, y aunque estas no dependen solamente de la materia, tienen mucho que ver con la parte sutil, con aquella parte trascendente que está en relación con nuestras emociones, pensamientos, imágenes y sentimientos.

Podría decirse que esa es la parte más importante, más trascendente, en donde la corteza (cuerpo denso), que está cubriendo la parte espiritual, es el resultado de aquellas energías, que se encuentran tras de la forma.

CUERPO DENSO

(Salud Física)

El ser humano está constituido por una serie de tubos yuxtapuestos relacionados los unos con los otros, que le permiten al organismo los procesos de la digestión (ingesta de los alimentos, asimilación y desasimilación), respiración, circulación de la sangre, transmisión de los impulsos nerviosos, y la posibilidad de soportar la masa orgánica llamada músculo, que le han de permitir junto con las palancas —los huesos— (tubos también), de llevarle a cualquier sitio donde relativamente él quiera o necesite ir.

Esta constitución del ser humano es más trascendente de lo que pensamos, porque tenemos que estar muy atentos a cada una de aquellas tuberías, las cuales, por un mal funcionamiento o por un inadecuado cuidado, van entorpeciéndose en sus funciones, tapándose, llevando al ser humano a enfermedades de orden físico. 

Pero cuando físicamente se enferma el cuerpo, por una ley natural de vibración, el aspecto anímico también se enferma.  Todos hemos sentido como con una enfermedad física, un dolor o un malestar cualquiera, el temperamento y los estados emocional y anímico también cambian, y nos podemos tornar bien sea deprimidos, tristes o agresivos, según la índole de la enfermedad que en ese momento nos esté afectando.

En el aspecto orgánico quizás lo más importante que podemos analizar, es el aparato digestivo, que es un tubo que se extiende desde la boca, hasta la zona anal, permitiendo la ingesta y asimilación de los nutrientes que a través del proceso digestivo vamos entregándole a nuestro cuerpo.  Pero una vez hemos ingerido aquellos alimentos, no volvemos a saber absolutamente nada de lo que pasa en la interioridad de nuestro organismo.

Es allí, donde la Inteligencia Universal actuando en nuestra naturaleza interna mediante el inconsciente o energía subconsciente, se encarga de ese proceso maravilloso de la mutación de los elementos bioquímicos que hemos ido acumulando con la digestión.  El fisiólogo dirá que solo son procesos bioquímicos, situación muy real, pero que realmente son dirigidos por la vida interna.

La intoxicación del intestino es una de las cosas más graves que pueden pasar, aunque jamás se le ponga la suficiente atención.  Hay personas que evacuan su intestino cada tres o cada siete días e incluso en algunas personas, cada mes o mes y medio.  Es triste ver cómo una persona que ingiere más o menos tres comidas abundantes al día, desocupe su intestino de vez en cuando.

¿Qué va sucediendo?  Todas aquellas escorias que debían ser eliminadas, se van secando, apelmazándose y petrificándose en el intestino.  La persona mientras esté joven no siente nada; pero con el paso de los años, surgirán enfermedades degenerativas que irán doblegando su salud, hasta hacerla sentir la persona más miserable del mundo.

¿Qué debemos hacer?  Ingerir aquellos alimentos que tienen la facultad de limpiarlo, en la semana que la luna esté menguante, que es cuando tiene una acción muy especial, en la zona del intestino grueso (colon), debemos.

De esta manera se van barriendo las escorias que se van pegando al intestino grueso, y en un principio la persona se va a sentir mal; el aliento será fétido, la piel se va a enfermar, saldrán granos y forúnculos, porque el organismo está liberando la gran cantidad de toxinas que se encontraban allí acumuladas.

Estamos hablando de cosas totalmente naturales, por eso, no debemos sentirnos afectados, por lo que es natural.  Cuando un basurero deja quieto, ni nos damos cuenta de que existe, pero cuando esa basura se revuelca, no aguantamos la fetidez que libera.

Es la posibilidad de ir regenerando nuestro cuerpo, y  que enfermedades crónicas que habían resistido a todo tipo de tratamientos se vayan curando, porque en el colon se encuentra la fuente misma de las toxinas, las que al ser eliminadas permiten al fin acabar con esos problemas que enferman el organismo.

El cuerpo físico necesita para su perfecto funcionamiento, que se mantenga limpio de las escorias que usualmente quedan del proceso digestivo.  Para lograrlo, debiéramos preocuparnos por limpiar el aparato digestivo unas tres o cuatro veces al año con aquellos alimentos que sirven como escoba que ha de barrer todas las escorias que no siendo eliminadas oportunamente, se reabsorben, intoxicando el hígado, los riñones, los pulmones, la piel y todo el organismo.

Allí donde se acumula mayor cantidad de estas toxinas, es donde resulta la enfermedad como infección, inflamación, producción de flemas, ulceraciones, dolores, etc.

El plan de limpieza puede realizarse con alguna de las siguientes fórmulas (o con todas alternándolas) durante siete días, cada cuatro meses —es decir, unas tres veces al año — porque tienen la propiedad de limpiar y desintoxicar el tubo digestivo, siendo de una gran importancia para mantener la salud:

1.    Consumir —en reemplazo de la cena— una buena porción de mango (maduro) ojalá con su corteza, acompañado por un buen vaso de leche o de agua, la persona elegirá que le sienta mejor a su organismo.

2.    Ingerir la mayor cantidad de bananos maduros, seguida de un buen vaso de agua o de leche.

3.    Comer la mayor cantidad de pasas y nueces, seguida de agua, durante siete días.

4.    Consumir unos tres aguacates bien maduros a los cuales se les ha adicionado aceite de olivas, toda una semana como única cena por supuesto.

5.    Utilizar en una mezcla de una cucharada de mantequilla muy fresca con tres cucharadas de miel de abejas todas las noches, durante siete días, en vez de la comida de la noche.  Esta fórmula lubricará, y estimulará la desintoxicación del aparato digestivo.  No es una fórmula que puedan utilizar los diabéticos, los hipoglicémicos, ni las personas que tengan muy delicado el hígado.

Cualquiera de estos planes durante una semana, ojalá cuando la luna se encuentra en su fase menguante, lo que permite que pueda desalojarse o eliminarse la mayor cantidad de escorias de nuestro tracto digestivo.

La funcionalidad de esto es hacer que todas aquellas costras que se han ido pegando o apelmazando en el interior del colon puedan eliminarse y así evitarnos una serie de enfermedades que secuencialmente han de ir surgiendo a lo largo de los años.

Hay muchas personas que dicen que algunos alimentos como por ejemplo el maní, les cae pesado, que les hace daño al hígado, lo mismo que el chocolate que es otro elemento rico en fósforo y en grasa.  Lo que sucede, es que el organismo les está indicando que tienen el hígado congestionado por una alimentación irracional, inadecuada o porque se deja llevar por la emotividad con mucha frecuencia, enojándose constantemente.

Quienes comen algunos alimentos y sienten que les cae mal, deben darse cuenta de que su organismo les está avisando que deben procurar limpiar ese órgano tan importante que es el hígado.  Y ¿cómo limpiarlo? En primer lugar, tomar el cocimiento de algunas plantas, como:

Fique, ajenjo y grama.

—Gualanday, zarzaparrila y malva.

—Diente de león.

Cualquiera de las anteriores fórmulas, en cocimiento, que quede poco concentrado, para tomar la cantidad de tres vasos al día, durante unas tres semanas.

Las personas de hígado delicado, tomar —si lo desean— chocolate (que no sea en polvo ni granulado) preparado muy clarito, en agua, y luego se le echa un poco de leche y algo de dulce.  Así se logrará ir limpiando, desintoxicando el hígado, porque el chocolate tiene gran cantidad de calorías y esas calorías actúan limpiando el hígado.

Estas son sólo algunas maneras de depurar el hígado, que tiene una multitud de delgados tubos que se van obstruyendo, muy especialmente porque la persona ingiere café negro o café con leche, que son los grandes enemigos de la salud del hombre, porque esas dos substancias son realmente destructivas de todo el organismo.

Por eso recomendamos no tomarlos, porque se va entorpeciendo la función hepática, lo que lleva posteriormente a verse afectado el intestino y después todas las funciones orgánicas, surgiendo así enfermedades de toda clase, como las jaquecas y migrañas, los problemas faríngeos y de amígdalas, la sinusitis crónica, las gripas frecuentes, los problemas de la piel tales como eczema, dermatitis seborréica, psoriasis y otras enfermedades de la piel, el estreñimiento y diarrea crónicos, la gastritis crónica, etc.

Cualquiera que abandone estas substancias, los primeros ocho días ha de sentir fuertes dolores de cabeza por el proceso de desintoxicación orgánica, pero después se ha de sentir como no se sentía hacía muchos años en su vida; la piel empezará a limpiarse y observará el rejuvenecimiento no solamente externo, sino que sentirá, también el bienestar interno, porque el organismo sólo necesita que nosotros le ayudemos, que le demos un “empujón” para poder seguir marchando adecuadamente.

En cuanto a la alimentación, los principales alimentos para la nutrición del hombre son los oleaginosos, como el coco, las almendras y las nueces. Las proteínas son la base de la vida, especialmente las que provienen de las leguminosas, como el maní, el fríjol, las lentejas, la arveja, el garbanzo, el blanquillo y la soya, que pueden no ser muy elegantes, pero si altamente beneficiosos, siendo el maní de una importancia incalculable, especialmente para los trabajadores musculares y para los cónyuges.  En cambio los farináceos, son alimentos que aunque dan energía de inmediato, resecan, ajan y envejecen el cuerpo, acidificándolo y enfermándolo.

Debemos por lo tanto consumir los alimentos oleaginosos, y las proteínas que nos proporcionan las leguminosas, además de las frutas que son importantes como fuente de energía y desintoxicación especialmente por la cantidad de fibra que tienen.

Al consumir frutas, es importante que sean de la misma clase y en cantidad.  No mezclarlas, porque no es conveniente para nuestro proceso digestivo, pero sí podemos y debemos, consumir toda clase de frutas en diferentes momentos del día.  Y el agua, para hacer funcionar los riñones con mayor frecuencia y así desintoxicar totalmente nuestro sistema.

La incapacidad que tenemos para eliminar la mayor o menor cantidad de toxinas, depende también de cómo hayamos cuidado nuestro cuerpo y de cómo hemos utilizado nuestras diferentes energías, no solamente en el campo físico, sino también en lo emocional, mental, imaginal, anímico y sensorial.

Es así como nuestro Ego (centro de consciencia), Espíritu o parte divina en nosotros, que es quien tiene contacto permanente con las energías Cósmicas, se encarga en ese momento de ir fijando los diferentes elementos biogenésicos, para llevarlos a todos los lugares del cuerpo según las necesidades, para que esos elementos puedan constituir los diferentes tejidos y así ir regenerando las células, los órganos, los aparatos y los sistemas, en un proceso de mutación maravillosa.

La ciencia trata de ver en todo ello un proceso mecánico, físico—químico—biológico, en donde la atracción de las moléculas se verifica simplemente a través del proceso iónico de compartir, ceder o atraer electrones.  Pero en la naturaleza, todo está bajo la dirección de una inteligencia cósmica, de una inteligencia subjetiva para nuestra naturaleza consciente, pero totalmente inteligente en lo que respecta a los fenómenos de evolución y de progreso.

La inteligencia cósmica, se encarga de los procesos químicos en los minerales, mediante la actividad de los elementos a través de los iones, que se dividen en cationes y aniones según su polaridad eléctrica, teniendo la posibilidad de cruzarse, vincularse, entrar en un maridaje perfecto para formar las moléculas, y estas, la materia que conocemos.

Las plantas pueden ir derivando de la naturaleza terrestre, aquellos elementos que fijan como sales minerales, para la constitución de sus tejidos y crecimiento posterior, gracias a la directriz trazada por aquella misma Inteligencia Universal.

Es así como una semilla —insignificante quizás— plantada en tierra, se convierte en un árbol prodigioso que ha de producir infinidad de frutos y nuevamente semillas, para seguir el ciclo permanentemente.

Los animales, siguiendo ciclos rítmicos de una precisión matemática, emigran en momentos precisos del año para reproducirse, desovar, evitar el invierno, buscar alimento o para protegerse según las inclemencias del tiempo, etc., procesos que están tratando de ser explicados por las líneas de fuerza terrestres y por la información ancestral del ADN, pero que también son dirigidos por la Inteligencia Universal, por intermedio de los llamados espíritus grupo para que puedan dirigir a los animales a través de su esfera instintiva y así aquellos puedan realizar éstos procesos.

La Inteligencia Universal que es llamada Dios por las religiones, consciencia por los filósofos y energía por la ciencia, permiten el devenir de la evolución a través de los reinos, porque las energías cósmicas, se cristalizan en el mineral, despiertan como vida en el vegetal, se convierten en acción, emoción e instinto en el animal y por último en el ser humano, en la capacidad de pensar, imaginar, amar, sentir, y de educir relativa consciencia.

Pero en el ser humano —como decía algún filósofo— “mezcla de un ángel caído y de una bestia evolucionada”, en unos momentos vibra dentro de sí el aspecto sensorial, espiritual, fraterno, sensible, y en otros el aspecto emocional, que le lleva a enojarse, a destruir, a gritar, a alegar.  Ese ha sido y es un proceso relativamente natural que la humanidad ha seguido, pero del que debe liberarse consciente y voluntariamente en un trabajo constante de evolución y de progreso, alejándose de la emotividad y cultivando la armonía interior.

Es difícil seguir el sendero de armonía, mas no el equilibrio, porque equilibrio implica quietud.  La única posibilidad de evolucionar es el movimiento.  Cuando un péndulo se queda en equilibrio, se detiene la marcha del reloj; solamente la armonía que lleva el movimiento del péndulo hacia la derecha y hacia la izquierda, es lo que facilita la actividad y puntualidad del mismo.

Así debemos llegar a ser.  Tenemos que aprender a seguir permanentemente el sendero de armonía en nuestras vidas; no dejarnos llevar solamente por el lado “izquierdo o derecho” —usando palabras que ayuden a nuestra imaginación— es decir, seguir el sendero de armonía que es el sendero de la senso—consciencia, para armonizar y trascender el personalismo, la mente racional, la emocionalidad, la ira, la envidia, los celos, el odio, el temor, la incertidumbre y las pasiones de toda índole, cultivando simultáneamente la paciencia, la persistencia, la bondad, el altruismo, la voluntad, la inteligencia, la imaginación creadora, la mística, etc.

Tratemos de buscar el sendero de la armonía, no del equilibrio, porque equilibrio es quietud; comprender que todas las experiencias que vamos teniendo a lo largo de la vida, son el resultado de cuales han sido nuestros pensamientos, palabras y actos, a lo largo de la evolución no solamente en esta encarnación, sino en encarnaciones anteriores.

Debemos comprender que la evolución no se puede circunscribir a unas cuantas décadas de vida humana, sino que es un proceso eterno e infinito en el cual evolucionamos, desde la bestia, hasta llegar al hombre, luego al superhombre, después al ángel, etc., en perfeccionamiento sucesivo.

Es un proceso evolutivo maravilloso en el que debemos cultivar la armonía de los contrarios, comprendiendo tanto los aspectos positivos como los negativos de nuestra existencia.  Hay que ser conscientes en el momento preciso, de la ira, de la envidia, del temor, de la incertidumbre, de los celos, del odio, para no transitar ese sendero negativo, porque estará afectando nuestra vida y la de todos aquellos que nos rodean, pero tampoco nos podemos alejar de la humanidad aislándonos totalmente, pensando que “los demás son pecadores” y que por lo tanto, si yo me aíslo, me voy a convertir en un dios.

Esa también es una manera inconsciente de pensar y de enfocar la vida.  Hay que estar en el mundo y con el mundo.  Debemos compartir con los demás nuestros sentimientos más sublimes, nuestros pensamientos más consientes, nuestra acción física más voluntariosa para el bien, luchando siempre por servir, comprendiendo que somos parte de la vida cósmica en donde cada uno es una célula que se hermana con las otras.

Es por eso que en las escuelas de índole esotérico—espiritual, las personas se llaman entre ellas hermanos, haciendo referencia a la unidad espiritual y cósmica que a todos nos interpenetra.  Por eso, si uno le hace daño a otro, la unidad llamada humanidad se va a ver afectada.

Eso es lo que sucede en enfermedades degenerativas como el cáncer.  Cuando en un órgano cualquiera, a una célula le da por rebelarse, todo el entorno de células hermanas sufre el proceso negativo de la enfermedad, el órgano se destruye y después todo el organismo se ha de destruir.

LAS HORMONAS

(El elixir filosofal)

Embriológicamente, anexo al aparato digestivo se organizaron las glándulas endógenas o glándulas de secreción interna, que son las encargadas de liberar las  hormonas.  Esta palabra viene del griego y significa animar, mover.  Realmente, ellas son las que dan la energía de la acción, y cada una de las glándulas que las producen, se encarga de un proceso no solamente físico sino psíquico, en relación con la naturaleza del hombre.

Es allí donde también debemos comprender la importancia de lo que es la tonificación y el fortalecimiento de los centros hormonales.

Las glándulas de secreción interna que se encuentran en el cerebro: la pineal y la pituitaria, se fortalecen a través de la nutrición rica en grasa y fósforo, como la que se encuentra en las nueces y en las almendras.  Sería la mejor nutrición para el sistema nervioso cerebro—espinal y para las glándulas endógenas en general, pero particularmente para las cerebrales y las gónadas, que son otras glándulas de inmensa importancia en el campo hormonal.

Las glándulas endógenas pueden ser fortalecidas con alimentos especiales que las van fortaleciendo.  En el caso de la tiroides que es un centro de inteligencia, de acción, de carácter y de fortaleza, debemos aprender a tonificarlo desde dos puntos de vista: siempre diciendo las cosas con armonía, con ritmo, con belleza y espiritualidad, para que el gran vórtice de energía (chakra) que llega a ese centro glandular, pueda trabajar perfectamente.  Además, dándole las substancias que esa glándula necesita como el yodo y el arsénico que están presentes en estado coloidal en los alimentos.

El yodo se encuentra en los rábanos, frijoles, soya, tomate, piña, alimentos de mar, espinacas, leche entera y en la sal (yodada y de mar).  El arsénico está presente en los frijoles, arroz, espinacas y en la lechuga.  Estos alimentos consumidos con regularidad, le aportan a la tiroides los elementos que necesita para que ella funcione perfectamente. 

La glándula timo, es una glándula que se encuentra casi atrofiada en el adulto, pero la persona que cultiva la inspiración, la poesía, la armonía interior, pone a vibrar el centro de energía que está en relación con esa glándula y si además consume leche, logrará nutrir y fortalecer ese centro también que es muy importante, porque despierta la inspiración, la poesía, la armonía y el sentimiento espiritual.

Las glándulas suprarrenales son las encargadas de darle tono al corazón y al cerebro, y también de dar la potencia correspondiente al centro reproductor. Las glándulas suprarrenales se debilitan en las personas que se mantienen constantemente preocupadas y con temores, como también todos aquellos que abusan del sexo.  ¿Cómo se sabe que esas glándulas están debilitadas?  Porque la persona se mantiene cansada, agotada crónicamente; además la tensión arterial comienza a bajar y decimos que la persona está hipotensa.

El elemento que fortalece estas glándulas es el cobre, que se encuentra en el coco, en el agua del coco, en la leche y en la miel de abejas.  Son las substancias que logran regenerar, estimular las glándulas suprarrenales y que realmente debemos consumir en la alimentación diaria.

Las energías que circulan en el sistema nervioso cerebro—espinal, tienen un punto focal de donde se nutren; ese punto focal es el aparato reproductor.  Allí comulgan dos aspectos: uno substancial, rico en fósforo y grasas que son de la misma constitución de las neuronas, y otro que es energía.  En ese maridaje de substancia y energía en el aparato reproductor, es en donde estriba el misterio que los alquimistas buscaron y seguramente conocieron, de lo que llamaron el elíxir filosofal.

Es allí donde el ser humano tiene que detenerse y buscar nuevamente el misterio de la vida.  Debe comprender el joven que el abuso de la energía psicosexual, ha de llevarle paulatinamente a la degeneración no solamente física, sino también moral y conscientiva.

Es una profunda realidad que toda persona que abusa de la esfera generatriz, va perdiendo su voluntad, su armonía interior y su salud física y moral.  No tiene la misma capacidad de pensar y de discernir con lógica; va perdiendo la virilidad, va perdiendo el carácter y la decisión, que le han de convertir en un hombre exitoso o en una mujer magnética, sensible y espiritual.

He allí que el gran secreto de los antiguos alquimistas, si la humanidad lo comprendiera en su verdadera trascendencia, y lo llevara a la aplicación práctica, podría cambiar su vida, regenerándola totalmente.

Quienes abusan de esta fuerza tremenda, se convierten en fracasados.  Es por eso que hoy en día, más y más jóvenes cuando tienen que enfrentarse al mundo, fracasan, porque han abusado de esa ingente energía que ha sido ofrendada por el Logos —la Inteligencia Cósmica— para que el ser humano pueda aprovecharla para dirigir su vida, porque realmente ese es el timón de nuestra vida y de nuestra evolución.

Toda persona que deba cumplir con su deber conyugal, y toda aquel que deba dedicarse a estudios prolongados, debe saber, que debe ingerir aquellas substancias ricas en fósforo tales como el maní, la leche y los bananos, en especial aquel bananito pequeño llamado “bocadillo”; además de un fruto muy nuestro llamado borojó, que es una de las frutas que tiene la mayor cantidad de fósforo en forma asimilable de ácido fosfórico.

ORGANIZACIÓN DE NUESTROS VEHICULOS

Realmente somos el resultado de energías que circulan en y alrededor nuestro, a través de nuestros cuerpos o vehículos, físico, vital, emocional, mental, imaginal, sensorial y conscientivo.

El cuerpo físico no es más que el resultado de fuerzas intermoleculares que mantienen la cohesión o armonía de la materia densa.  Cuando se está impregnado por una emoción fuerte, por una preocupación o por determinados pensamientos e imágenes, aquellas energías que debieran circular libremente por todo el organismo, se inhiben, se debilitan y empieza a formarse un obstáculo, que se convierte en mal funcionamiento de un órgano, en una inflamación cualquiera, en un tumor, etc. 

Esa es la razón por la cual, la vitalidad (estado de bienestar y salud), se ve afectada con frecuencia, lo que conlleva a diversas enfermedades, siendo este uno de los grandes problemas de la humanidad.

El ser humano se enferma por la palabra hiriente, negativa y perversa, por las explosiones emocionales, y por los absurdos pensamientos e imágenes que constantemente saetean nuestra psique, impidiendo la libre circulación de las energías cósmicas, de lo Dios, de lo divino en nuestra naturaleza.

Es por eso que vienen las enfermedades de toda índole, es así como surgen las afecciones del estómago, del intestino, del páncreas o de cualquier parte de nuestro organismo, porque las emociones eclosionan en la zona abdominal afectándola.

La zona abdominal es llamada por los esoteristas el “cerebro de emociones”, y realmente, si le colocamos atención a los impactos emocionales que afectan nuestra vida, nos daremos cuenta que es una profunda realidad.

Cuando estamos nerviosos, enojados o tenemos alguna emoción o pasión cualquiera, sentimos un raro vacío en la zona epigástrica, y también sentimos un contraerse muy curioso en la zona umbilical.  Posteriormente, si se siguen presentando esas emociones tan fuertes, la persona siente dolores punzantes en la zona del hígado o siente dolores punzantes en la zona del bazo y se puede presentar diarrea o estreñimiento.

EMOCION

(Salud emocional)

Las enfermedades son la manera como nuestro ser interno, nuestro espíritu, nos llama la atención acerca de que estamos actuando mal, de que estamos siguiendo un camino equivocado, y que debemos detenernos en ese instante para meditar que vamos por ese sendero errado, para no seguir sufriendo las enfermedades correspondientes, porque realmente todas las enfermedades del cuerpo son enfermedades del alma (salvo las lesiones y accidentes), y ellas impiden que nuestro organismo funcione adecuadamente.

Inicialmente cuando estamos emocionados o preocupados por cualquier situación, el estómago comienza a sufrir, las consecuencias, produciendo acidez, úlceras gástricas y duodenales, gastritis, etc.  Si hay temor, si hay miedo, la misma energía que debe eclosionar en la zona epigástrica (plexo solar), afecta la zona renal y suprarrenal, surgiendo toda clase de patologías en esos órganos también.  Las glándulas suprarrenales se van debilitando posteriormente, y la persona va sintiéndose cada vez más agotada, más cansada.

Todo eso tiene que ver con los impactos emocionales.  Pero si vamos más allá, hacia la zona intestinal, encontraremos que cada vez que nos dejamos llevar por el resentimiento o lo que es peor, por el odio, la zona intestinal se va enfermando y esta situación ocasionará no solamente problemas de estreñimiento, sino también de diarrea  e incluso tumores.  Son el resultado de las alteraciones emocionales que están actuando en ese gran cerebro de emociones que se encuentra radicado en la zona abdominal.

Muy recientemente la ciencia médica ha encontrado que algunas sustancias que se encargan de determinados procesos fisiológicos cerebrales, se encuentran también con los mismos precursores bioquímicos en la zona abdominal.  Es decir, que allí existió hace millones de años un cerebro primitivo, el cual le permitía al organismo desde un punto de vista netamente instintivo, desarrollar las funciones neurales necesarias para su actividad y supervivencia.

Ya por fenómenos de evolución, el centro directriz de ese proceso, se encuentra no solamente en el sistema nervioso del gran simpático, sino también en el sistema nervioso cerebro—espinal.  En la actividad de estos dos sistemas, se encuentra el secreto de la armonía de las células, de los tejidos y de todo el organismo, en un maravilloso proceso de actividad subjetiva  que el Ego desarrolla  en armonía con la Inteligencia Universal.

Por supuesto, que la salud también depende de la tendencia hacia determinadas enfermedades traída de otras vidas; ese será el eslabón débil de nuestra cadena biológica.  Por eso unas personas tienden a sufrir de unos órganos, otras de otros, unos de unas enfermedades, otros de otras.  Depende de cómo hemos enfocado nuestra vida especialmente en el lado anímico y moral, porque es el más importante en la vida.

Cuando hacemos sentir mal a los demás a través de nuestra palabra brusca, hiriente, criticona, chismosa, vacía, falta de espiritualidad y de ritmo, estamos haciéndoles un gran daño, produciéndoles tristeza, pena y dolor, lo que consecuencialmente también nos producirá penas y enfermedades.

Pero no solamente ha de ser otra persona a quien hemos insultado a la que le hemos producido este problema; inexorablemente toda fuerza, palabra o acto que liberamos, ha de regresar a nosotros por una ley eterna de vibración y de polaridad y hemos de sentir también en el momento adecuado todos los malestares y molestias que le causamos a los demás.

Hay personas que dicen: …“Esta gastritis terrible que no se me cura, todo me cae mal, la acidez y las agrieras son espantosas, esta úlcera duodenal que no me deja en paz, que afección tan dolorosa, cuántas molestias digestivas, si yo he sido un deportista, una persona muy sana, jamás me he enfermado”.

Se les pregunta:

     ¿Cómo tratas a tus familiares, a tus amigos, a tus empleados?

     Ah, muy mal.

     ¿Los has tratado con desprecio, con petulancia, con arrogancia, les has insultado?

     A veces…

     Y ¿cuántas veces al día gritas

     A toda hora.

Trate a los demás con cariño, con fraternidad; contrólese, no grite y como por arte de magia después de un par de semanas estará curado.

Llaman después a decir:

— “Muchas gracias, su consejo ha sido muy valioso, me encuentro bien”.

Lo que no pudieron hacer las medicinas ni los especialistas durante años enteros, lo hizo la vida interior de esa persona que le permitió nuevamente la libre circulación de las energías vitales, al controlar sus emociones negativas.

Es tan sencilla la vida; pero tenemos que querer; he allí el secreto: querer, porque querer es poder, simplemente deseemos hacer las cosas que es el primer paso para lograrlas.

He allí la eterna ley:  el trato que damos a los demás, reacciona en nuestra salud.  No alcanzamos a medir las consecuencias de nuestras palabras ni alcanzamos a medir el dolor, la impotencia, la humillación que otros sienten por una palabra hiriente de nuestra parte.  Pero inexorablemente también nosotros hemos de cosechar tristeza y dolor llegado el momento, porque la energía predomina sobre la materia, y la vitalidad que es la responsable de tener una buena salud, depende de la mayor o menor armonía con que vivamos.

Al hablar de emoción, que es otro estrato de energía del ser humano, debemos distinguir muy bien entre las emociones de suyo negativas y las emociones positivas por lo edificantes.

La fuerza de la emoción como acción fecunda unida a la fuerza del entusiasmo, debiera servirnos para lograr todo cuanto queramos en la vida.  Cuando nos dedicamos a liberar una imagen con entusiasmo y a ello le sumamos la fuerza del deseo para obtener lo que deseamos, es inexorable que lo obtendremos.

Pero si nos dejamos llevar por la fuerza del deseo de una manera negativa únicamente para buscar vicios, para satisfacer nuestras pasiones o para zaherir la armonía espiritual de otros, estaremos dirigiéndonos rápidamente hacia la enfermedad.

Aprovechemos la fuerza de la emoción unida al entusiasmo para lograr todo cuanto queramos en el campo físico, metafísico y espiritual.  ¿Queremos aprender algo?  Aprovechemos la fuerza de la emoción y del entusiasmo para dedicarnos a estudiar hasta que obtengamos el conocimiento adecuado, porque somos los artífices de nuestro destino, logrando inexorablemente lo que queremos y por lo que luchamos.

MENTE

(Salud mental)

Algunos suelen mirar con desprecio a otras personas porque son pobres o ignorantes.  ¡Qué inconsciencia!  Pero, ¿tenemos el conocimiento que tienen aquellas personas y no tenemos nosotros?  ¿Tenemos la habilidad manual, la capacidad para construir o hacer determinadas cosas como lo hacen ellos?.  Por eso, jamás debo sentirme superior ni inferior a nadie.

Todos estamos evolucionando con más o menos intensidad en la línea que hemos elegido a lo largo de la evolución.  Unos se han especializado en construir casas, otros son cirujanos, otros le han entregado fórmulas matemáticas al mundo, etc., porque cada ser tiene un sendero particular de evolución.

El que es grande en cualquier rama del conocimiento, es porque se ha esforzado a través del tiempo en esa línea, por lo que muestra la grandeza y magnitud de lo que ha logrado en la evolución, tal como lo hicieron los grandes de la historia, al señalar el camino de perfeccionamiento que habían comenzado a recorrer desde hacía muchas encarnaciones.

ESTRATOS DEL ALMA

Habiendo analizado nuestro organismo en sus aspectos digestivo, de los sistemas nervioso autónomo, cerebro—espinal y glandular, tenemos que enfocarnos en la parte metafísica, espiritual, menos conocida, pero mucho más importante quizás que la parte fisiológica, que es la que corresponde con la vitalidad, las emociones, los pensamientos, las imágenes y los sentimientos.

Las emociones tienen la cualidad de impactarnos positivamente, para aprovechar las experiencias de la vida.  Cuando deseamos algo, cuando sentimos una emoción cualquiera, por obtener lo que aspiramos o necesitamos, la energía emocional eclosionando en nuestra naturaleza interna, nos llevará a buscar aquí o allá lo que en ese momento esa fuerza del deseo está llevando a que busquemos.

Pero no debemos dejarnos dominar por esa fuerza emocional de una manera perjudicial, lo que implica que hay que evitar y trascender la ira, la envidia, los celos y el temor, que son facetas negativas de la emoción.

La mente racional, la mente lógica, con la cual pensamos que tenemos toda la sabiduría, todo el conocimiento, muchas veces nos impide ver la verdad.  Ella no se puede comprender a través de la mente, porque la verdad sólo se siente, se intuye y se vive.

Todo aquel que empieza a sentir lo que es la vida, lo que es la relación con sus congéneres, estará conociendo la verdad que es la vida misma.  Pero todo aquel que crea que a través de su intelecto puede saber aquello que físicamente es imposible conocer, estará alejándose de la verdad.

La mente y la emoción, son los grandes enemigos del conocimiento, de la armonía interior y de la salud, porque las  diferentes emociones actúan en nuestro aparato digestivo enfermándolo.  Cada vez que la persona se enoja, grita, se irrita, bien sea que lo exteriorice o que no, irá paralizando la función hepática, cristalizando la bilis, haciendo que se presenten los cálculos tan dolorosos, que tienen como finalidad enseñarle que debe cultivar la armonía.

Cuando la persona siente el cólico, necesariamente se calma y en otras ocasiones al enojarse nuevamente, el dolor ha de retornar; así  sabrá que cada vez que se enoje, que cada vez que grite, lo sentirá de nuevo.  Entonces como un mecanismo de defensa, optará por no alegar más, por no discutir, por no pelear.  Está aprendiendo la lección con dolor, pero si no la aprende, el dolor será tan intenso que no podrá realmente soportarlo.

Así mismo, las personas que viven constantemente con miedo, perdiendo la confianza que debemos tener en lograr lo que queremos y necesitamos en la vida, va cristalizando substancias en los riñones, generando los cálculos renales tan dolorosos.  También, porque la persona no ha sido consciente de que debe transitar el sendero de la confianza.

IMAGINACIÓN

( La puerta de la creación)

El sistema nervioso gran simpático, es el canal de las energías cósmicas, a través de la imaginación y de la estética.  Cuando nos relajamos y escuchamos música clásica, cuando nos solazamos en la admiración de la naturaleza, de las flores, del amanecer, del atardecer, de los paisajes y de todo lo que despierte algún sentimiento bello en nosotros, éste proceso permite que el sistema nervioso gran simpático (autónomo), que es el responsable de la circulación de la sangre, de la liberación de hormonas, de la digestión, etc., pueda actuar en relación con las energías cósmicas.

El resultado, es el mejoramiento de la salud y el incremento de la vitalidad.  Eso es lo que los antiguos maestros de la música conocieron, dejando diferentes composiciones musicales en relación con las notas de la misma escala, lo cual, tiene una conexión intrínseca para sanar no solamente el cuerpo sino también actuar en el alma.

El espíritu, que es el gobernante y guía de nuestra vida, actúa a través del sistema nervioso cerebro—espinal, cuando cultivamos la voluntad, y cuando a través del discernimiento tratamos de diferenciar entre lo adecuado e inadecuado de nuestras vidas en todos los momentos, cultivando así la consciencia.  Imaginación y estética, unidas a la voluntad y el discernimiento, son las claves para actuar en el sistema nervioso cerebro—espinal, como instrumento de la consciencia diferenciada.

Dice la tradición, que El Sr. Buda se dedicó a meditar acerca del por qué del sufrimiento humano, durante siete años, en un bosque, sentado junto al árbol boddi.

Los siete años son simbólicos; son una alegoría de los siete grandes resonadores electromagnéticos o centros de energía, en nuestra espina dorsal, en relación con los sitios en donde los sistemas nerviosos gran simpático y cerebro—espinal, se entrecruzan, formando vórtices de energía a través de los cuales, la energía cósmica penetra en la naturaleza del hombre, para hacer posible que la función de las glándulas endógenas, del sistema nervioso y de todo el organismo, puedan ofrecer el equilibrio necesario en todas sus actividades.

El árbol boddi, es el árbol de la “ciencia del bien y del mal” del Génesis.  Boddi significa sabiduría y el sistema nervioso cerebro—espinal es realmente nuestro árbol de la sabiduría al cual debiéramos acercarnos en meditación, produciendo fuertes corrientes de energía como en un campo de fuerza, logrando así una relativa diferenciación en el campo de la consciencia, de la sensibilidad, de la imaginación, de la emoción como acción fecunda, de la vitalidad como salud y de un cuerpo adecuadamente organizado.

Siendo la mente y la emoción los grandes enemigos de nuestra vida, ¿cuál es el camino? La imaginación y la sensibilidad.

Al Sr. Einstein, le preguntaron:

—Profesor, Ud. es una persona tan sabia, que ha descubierto tantas cosas, ¡qué mente tan prodigiosa!

Él respondió:

     Más maravillosa que la mente, es la imaginación que descubre todas aquellas leyes que rigen la naturaleza.

Por eso, aquellos que logran vincular la imaginación a la sensibilidad, van logrando intuir las grandes verdades y misterios de la vida.

Debemos cultivar la imaginación en su aspecto creativo tal como lo hacen los artistas, los poetas, los arquitectos, etc., sin dejarnos llevar por imágenes absurdas, negativas, eróticas, perversas, deprimentes.  Es ser conscientes de que nuestras imágenes voluntariamente liberadas, pueden llevarnos a lograr lo que queramos a lo largo de la vida y de la evolución.

Imaginemos con persistencia lo que queremos; si tenemos un ideal, imaginemos que lo hemos de lograr.  Si lo trabajamos con persistencia, inexorablemente estaremos movilizando fuerzas dentro de nosotros que nos han de llevar matemáticamente a cumplir aquella imagen que hemos liberado.

Alguien dijo: “Cuidado con lo que imaginas, de pronto se cumple”.  Realmente tenemos que ser muy cuidadosos con nuestras imágenes.  Por eso, deben ser lo más perfectas posibles: imágenes de progreso, de espiritualidad, de salud.  No imaginemos enfermedades ni pobreza ni discordia; imaginémonos siempre exitosos, sanos, fuertes, con carácter, sabios, inteligentes y plenos de armonía.

La imaginación tiene un poder muy grande y el ser  humano todavía no lo comprende.  ¿Quiénes utilizan la imaginación? Consciente o inconscientemente, los poetas, pintores, escultores, arquitectos, ingenieros, ocultistas y científicos.  Los que la cultivan conscientemente son los genios, los prohombres de la humanidad; los que la trabajan inconscientemente, aunque también sobresalen, no llegan a ser tan grandes.

Seguir este camino implica que debemos entrenarnos cada día en el campo de la imaginación, pero en una imaginación sensorial, es decir, aprender a que la sensibilidad que es armonía, bondad, servicio y altruismo, forme parte de nuestra vida, siendo la única manera como podremos aumentar nuestro caudal de Ego, que significa, centro de consciencia.

La consciencia es la finalidad de la evolución, por lo menos en lo que atañe a la evolución terrestre.  Es la cúspide a la que han llegado unos muy pocos en la humanidad:  Pitágoras, Platón, Jesús, Buda, Rama, Krisna, Orfeo, el primer Zoroastro y Hermes Trismegisto.  Ellos lograron elevarse en aras de la imaginación y de la sensibilidad, hacia los estados más altos de la humana consciencia.  Por eso, fueron los guías de la humanidad en su momento, y dejaron las enseñanzas para que la humanidad pudiera comprenderlas y encarnarlas.

Si aplicáramos las mismas enseñanzas que les sirvieron a ellos para lograr tal magnitud, habremos de lograr tal grandeza.  Quien se esfuerza por seguir este camino, observa que poco a poco, su naturaleza interior va cambiando, que hay mayor comprensión, inteligencia, sensibilidad y armonía; surge la poesía, la pintura, y el arte, y una mayor capacidad de servir.

SENSIBILIDAD

( La divina estética)

El ser humano sufre por falta de afecto, por falta de cariño, por falta de ternura.  Ese es el gran dolor de nuestros congéneres, de nuestros padres, hermanos, hijos y cónyuges, porque no hemos aprendido a tratar con el sentido místico, con el sentido de cariño y deferencia a todos aquellos que nos rodean.

Por eso, en la medida que tengamos rencor hacia los demás, que discutamos, que nos sintamos separados del entorno, estaremos enfermando no solamente nuestra propia vida sino la de todos aquellos que nos rodean.

Muchas enfermedades entre ellas el cáncer, suceden porque se tiene o se ha tenido un grave problema anímico, como la tristeza o un estado de depresión continuo, que inhiben la circulación del flujo vital, que la ciencia ya lo puede fotografiar mediante la técnica kirlian.

Las preocupaciones permanentes y sostenidas impiden la circulación de la energía que debe penetrar a través de la región del bazo, que es el órgano que recibe la energía solar para que se convierta en vitalidad y en salud.  Al inhibirse la entrada de esa energía se desarrollan enfermedades como la leucemia y el cáncer linfático.

Son muchas las enfermedades que se van iniciando como proceso de la tristeza, de la melancolía, de la angustia y de las emociones diversas.

Escuchar una pieza de música selecta, de música clásica, con la mayor mística posible, al igual que admirar con estética un paisaje en un momento determinado, aumenta nuestra vitalidad.  Pero en momentos de ira, de gritos, de desarmonía y de emocionalidad, como celos o pasiones de cualquier índole, se inhibe la libre circulación de la energía vital en nuestra naturaleza, surgiendo toda clase de enfermedades porque se agota la vitalidad.

También para la salud anímica y moral, el hombre y la mujer deben aprender a relacionarse de manera más espiritual.  El hombre consciente, adora y admira a la mujer en su belleza, en su posibilidad de ser madre, y de despertar en él el sentido divino del amor, de la poesía, de la espiritualidad, del arte, de la estética, de la consciencia y de la comprensión hacia las leyes de la vida.  Por eso, divino, grande, ingente, el varón que le sabe rendir culto místico a la mujer.

El hombre que trata con cariño y deferencia a la madre, con cariño y espiritualidad a su esposa, con ternura y con armonía sensible a sus hijas, es alguien que va a triunfar, que obtendrá todo lo que quiera en su vida, sea en lo material, sea en lo espiritual, sea en lo emocional, sea en lo vital, etc.

El hombre que desprecia a las mujeres, que maltrata a su esposa, que no trata con estética a sus hijas, que nunca ha adorado a su madre, es un ser inexorablemente triste que ha de fracasar en la vida, porque la mujer es la representación misma del aspecto femenino de la Deidad, del Alma del Mundo, de la vida cósmica, de lo divino, de Dios, en la naturaleza humana.

¡Qué diferente sería la humanidad que viera en la mujer la ternura, la belleza, la espiritualidad, y qué diferente sería la humanidad si la mujer comprendiendo que puede hacer del hombre el ser más perfecto y grandioso de la evolución o el ser más miserable, ordinario e inferior, comprendiera que lo que debe es elevarlo y espiritualizarlo, así una humanidad distinta habría de surgir!

Pero desafortunadamente la humanidad se ha mundanalizado, y tanto el hombre como la mujer han perdido la estética y el sentido espiritual que fue parte importante de nuestros ancestros.

Desgraciadamente la lujuria, la erótica y el instinto psicosexual, han ido degenerando a la raza.  La energía genésica es tan poderosa, que incluso doblega al ser humano, porque es la esencia misma de las energías del Universo, y quien abusa de ella, se torna deprimido y triste o irascible y colérico; no quiere saber de nadie absolutamente y mucho menos de aquella que unos momentos antes adoraba como su compañera.

Son leyes eternas de la vida, pero no tenemos que creer sino observar si son realidad o no.  La mujer debe observar cómo es su compañero cuando ella le da ternura, cariño, y él, como es ella cuando la adora desde el punto de vista espiritual.

¡Pero qué diferente se torna la situación cuando una y otra vez les urge la intimidad sexual y abusan de aquella poderosa energía!.  El hombre se neurotiza, se vuelve brusco, grita, puede maltratar a su compañera y sale a la calle, porque no quiere saber de ella durante algunas horas o días y ella, al no continuar con la satisfacción del instinto psicosexual, se desequilibra, llora, alega, grita y reclama, porque ha desarrollado histerismo.

Estas son profundas verdades que no tienen que ver con misterios, ni con mitos, ni con creencias de ninguna índole.  Son las eternas leyes de la vida, y si somos conscientes de ellas, nuestra vida será más plena y feliz.

Esto se observa en todos los campos: en lo físico, el hombre fecunda a la mujer que es femenina y receptiva de la semilla, pero en los aspectos emocional, mental y espiritual, ella fecunda al varón despertando la fuerza del deseo, de la emoción, del entusiasmo, del saber y de la espiritualidad.

Esa es la explicación de por qué hay mayor cantidad de hombres sabios, que mujeres sabias, porque el varón es quien recibe la energía mental con la que ella le fecunda, al igual que el hombre espiritual que se eleva más aún, si a su lado tiene una mujer de naturaleza espiritual.

Una mujer puede hacer que un hombre se convierta en el campeón de la vida, de la estética y de la voluntad, que se convierta en sabio y le entregue al mundo una gran cantidad de la grandeza y espiritualidad que él y ella puedan tener, si le estimula en ese campo, pero también puede hacer de él el más miserable, ordinario e infeliz de los seres.

¡Qué diferente sería la humanidad especialmente la juventud, si comprendiendo éstos misterios, estas leyes de la vida, aprendieran a adorarse hombres y mujeres, más en el lado anímico y espiritual, siendo más compañeros, más amigos, más novios y buscando menos la satisfacción del instinto, de la lujuria y de la pasión!  Así el día que engendraran, Egos de mucha evolución podrían tener la posibilidad de renacer, para bien del mundo.

Pero como la unión íntima se verifica generalmente bajo la presión de las drogas, del licor y del instinto, entonces solamente egos sin trascendencia, llenos de problemas kármicos, de enfermedades, de miserias y de tristezas, vienen a encarnar, a sufrir y a hacernos sufrir.

No podemos quejarnos de que haya una divinidad que nos haya castigado con nuestros hijos, porque la tristeza o felicidad, la fortuna o la miseria, la salud o la enfermedad, dependen únicamente de nosotros, y a nadie se puede culpar por nuestros errores.

Es muy fácil echarle la culpa de nuestras deficiencias a los demás, es el camino facilista al cual estamos acostumbrados.  Dejemos de culpar a otros para comenzar a luchar por nosotros mismos y perfeccionarnos.  Esa es nuestra única responsabilidad.

VERBO—GENESIS

(El poder del lenguaje)

Cuando el lenguaje que debiera ser siempre armonioso, bello y espiritual, rompe ese ritmo eterno de la armonía, hacemos daño a los demás.  Si la palabra es hiriente, si se dedica al chisme, a la crítica, alegando gritando, insultando y mintiendo, se le hace daño a todos aquellos que nos rodean, y por consiguiente a nosotros mismos, porque la arritmia, de nuestra palabra, afecta el gran resonador electromagnético de la misma que es nuestro cuerpo, siendo así como surgen una gran cantidad de problemas y de enfermedades de las que después nos quejamos:  ¿Por qué será que vivo tan enfermo?  ¿Por qué será que sufro tanto?  ¿Por qué será que no obtengo empleo o el que tengo lo pierdo?  ¿Por qué será que la gente no me quiere?

Es justamente por la arritmia del lenguaje que caracteriza nuestra vida.  Tenemos que aprender a mantener el ritmo eterno de la palabra; que lo que expresemos sea siempre veraz, bello y espiritual,  dejando de una vez por todas el uso negativo de la palabra.

Al Sr. Jesús se le llamó el Verbo encarnado, porque había logrado un grado de espiritualización muy alto en el campo del lenguaje; por eso con su palabra podía sanar instantáneamente y devolverle la armonía perdida a aquellos que la habían perdido por el mal uso de sus propias energías.

Por eso se le llamó el Verbo encarnado y enseñando los grandes secretos de la evolución, dejó para la humanidad en las palabras: “cosas que yo hago, haréis vosotros y cosas superiores también haréis”, haciendo referencia a que el sendero de la espiritualización consciente, es la encarnación del Verbo convertido en palabra, para los fines de la evolución, de la sensibilización y de la consciencia.

CONSCIENCIA

(La luz del Espíritu)

¡Qué distinta sería la vida si aprendiéramos a tratar con altura, con cariño y con deferencia a los demás, si viéramos en ellos que son la esencia misma de nosotros, aunque los veamos con diferente rostro, con diferente piel o diferente estado de consciencia!

¿Cómo saber si la persona que estamos despreciando y maltratando hoy, vaya a ser en una futura encarnación nuestro padre, nuestro hijo, nuestra esposa?  ¿Y también si esa persona que estamos despreciando y maltratando haya sido nuestro padre, nuestra madre, nuestro hijo o nuestro hermano en otra vida?

Tenemos que detenernos un momento a pensar en todas estas cosas.  ¿Que no creemos en la reencarnación ni nos interesa?  Perfecto, porque la creencia anquilosa nuestra consciencia y debemos ser conscientes.  Creer, es aceptar pasivamente lo que los demás dicen, para no tomarnos el trabajo de pensar; es inhibir nuestra consciencia, nuestra comprensión y quedar ante la vida y ante la evolución, como seres débiles en el campo del conocimiento.

Si nos esforzamos por comprender, si nos esforzamos por discernir, luchando por verificar si las cosas pueden ser o no y si además llegamos a comprobarlas rigurosa y matemáticamente en nosotros, ¡qué diferente sería la vida, qué diferente sería la evolución, y qué diferente sería el progreso del ser humano, cultivando la armonía espiritual que es lo que se llama el Cristo!

Cristo, es el sentimiento de armonía interior que todos debiéramos cultivar.  Es el amor que sentimos hacia nuestros hijos, hacia nuestros padres, hacia nuestros congéneres; es el amor que debe abarcar a toda vida y así llegar a exclamar como exclamó el Cristificado:  Yo y mi padre somos uno”, es decir mi Cristo interior, mi interna sensibilidad, debe llegar a ser una con la Consciencia Cósmica, la voluntad suprema.

Gracias a la voluntad podemos conquistar las más altas cimas de la evolución y del progreso, aprovechando la fuerza del entusiasmo y de la emoción como acción fecunda, de la mente como comprensión, de la imaginación como poder creador y de la sensibilidad como divina estética.  Todo aquello aunado es lo que hace al hombre grande, es lo que hace al hombre sublime, es lo que hace al hombre perfecto, pero tenemos que esforzarnos para llegar a la cima de la humana perfección.

Debemos cultivar el ideal de tener un cuerpo físico sano, fuerte y lleno de energía; una vitalidad que la aprovechamos gracias a que logramos fijar mayor cantidad de energía solar en los momentos de mística, de armonía y de espiritualidad que podemos tener.  Una fuerza emocional guiada por el poder del entusiasmo para lograr todo cuanto deseemos, pero siempre que esa emoción sea una emoción pura, y espiritual, alejando totalmente la ira, la envidia, los celos, la incertidumbre, el odio, los temores y las pesadumbres que inhiben nuestra salud y nuestra felicidad, porque realmente no tenemos por qué estar sufriendo pudiendo estar felices.

Pero la experiencia que obtenemos a través del dolor es nuestro mejor maestro.  Todos los sufrimientos físicos o morales no los olvidamos.  Es por eso que tenemos que saber que el dolor, no solamente nuestro sino ajeno, nos debe servir para hacer consciencia y para que la sensibilidad ilumine nuestras vidas, llegando a la plenitud de la existencia.

Pero además de cuidar el cuerpo físico, incrementando la vitalidad con emociones puras y entusiastas, mantengamos pensamientos luminosos e imágenes bellas y optimistas, cultivando la sensibilidad estética, que es el amor y la bondad que debemos tener por nuestros congéneres, para que cada día nuestro amor abarque a toda la humanidad.

Como resultado, la consciencia, cualidad de nuestro espíritu, llegará a manifestarse, tal como sucedió en el caso de Hermes en el antiguo Egipto, del Sr. Jesús, de Buda, Rama, Krisna, Pitágoras, Platón y los grandes sabios de todas las épocas; también de los eminentes músicos tales como Beethoven, Motzart, Bach, etc.

Ese es el futuro que la humanidad tiene como promesa para todo aquel que realmente quiera y se esfuerce en progresar.

FIDES

(Confianza)

¿Qué es la palabra fe?  Fe viene del latín fides que significa confianza.  Es tener confianza en el porvenir, confianza en el mañana.  Si yo estoy cumpliendo con mi deber, ¿por qué desconfiar del mañana?  “Que de pronto pierdo mi empleo”, “que de pronto me echan”.  Bueno, dejémosle el problema a la Divinidad, dejémosle el problema a mi propio destino.  Si yo estoy cumpliendo con mi deber correctamente, si no estoy engañando ni robando, si soy juicioso y puntual, si estoy cumpliendo con mis hijos y con mi familia, ¿por qué el temor y la desconfianza en el mañana?

Todo se va dando maravillosamente, y lo que pensamos hoy que es una gran pérdida, mañana nos daremos cuenta de que era simplemente el trampolín para algo mejor.  De manera que lo que siempre debemos hacer, es confiar en el futuro sin descuidar mis deberes de hoy.

Se dice que “no hay peor ciego que el que no quiere ver” ni “peor sordo que el que no quiere oír”.  Aquellos que optan por hacerse los desentendidos, haciéndose los que no se dan cuenta de que les están hablando o de  que no se dan cuenta de lo que están viendo, son personas que van a desarrollar patologías diversas.

El que se hace el que no escucha o “presta oídos sordos” a lo que los demás le dicen, suele ir perdiendo la audición.  Es un proceso en el cual el espíritu quiere que aprendamos a través del dolor, lo que no queremos aprender a través del amor.  Son formas maravillosas de evolucionar; tenemos que aprender las lecciones maravillosas que nos ofrece la vida.

SÍNTESIS

No podemos convertirnos en un ser tan trascendente como el Sr. Jesús, después de cinco, diez, veinte o cincuenta años de comenzar este camino, porque la naturaleza no da saltos; porque todo este sendero implica un proceso de ennoblecimiento paulatino y eso se logra gracias a las maravillosas leyes de evolución y reencarnación, que son la manera como vamos cosechando lo que hemos cultivado.

Somos hoy en día lo que somos, porque es lo que hemos hecho a lo largo de la evolución en encarnaciones anteriores; y seremos lo que queramos, si aprovechamos conscientemente esta encarnación luchando por trascender los vicios, la emocionalidad y la mente racional, cultivando la imaginación sensorial para que así crezca en nosotros la consciencia.

Conferencias públicas:

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“Hablar del sentido espiritual, es referirse al aspecto ideal, en el cual, amando la vida en todos los seres, quedamos colocados en un nivel de consciencia, que no es posible que existan ya en nosotros, resentimientos, odios ni ninguno de los aspectos negativos que hacen de la vida una continua tragedia”.

Raghozini

 


MARAVILLOSAS OBRAS PARA SU

ENNOBLECIMIENTO Y SUPERACION

                                  EL SECRETO DE LA SALUD Y LA

CLAVE DE LA JUVENTUD.              Israel Rojas R.

CONCEPTO ROSACRUZ DEL COSMOS Max Heindel.

LA MASONERIA Y EL CATOLICISMO. Max.Heindel

MEDICINA OCULTA.                  Franz Hartmann.

LA ZARZA DE HOREB.                     Jorge Adoum.

EN ARMONIA CON EL INFINITO.     R. W. Trine.

LA LEY DE LA VIDA.                           R. W. Trine.

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ROSA CRUZ NOVELA.              A. Krumm Heller.

FILOSOFIA OCULTA DEL AMOR. Dion Fortune.

EL PROBLEMA DE LA PUREZA. Violeth M.Firth.

EL PODER REGENERADOR. W.W.Atkinson y Beals

Cuadro de texto: ADQUIERA EL HABITO DE LEER, ILUSTRARSE ES PROGRESAR
 

 

 


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