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Historia de la Orden en Colombia

 

 

 

 

Arnoldo Krumm Heller

Huiracocha

 

 

 

 

 

 

Máximus Neumayer

 

 

 

 

 

 

Adepto Zanoni

 

 

 

 

 

 

Israel Rojas R.

Raghozini

 

 

El 27 de abril de 1928 fue fundada la primer aula R.C. en Bogotá, Colombia, bajo los auspicios del S.S.S. (Summum Supremum Sanctuarium) de Berlín. En 1928 llegó a Colombia el maestro Arnoldo Krumm Heller —Huiracocha—, procedente de Argentina, Chile y Perú.  Esta era la visita de un Chela al país para impulsar las labores de la Fraternidad.

En 1929 llega a ese entusiasta grupo, el Maestro Máximus Neumayer, Taumaturgo, con los más altos grados de la Masonería y de la Fraternidad R.C., quien según la tradición contaba con 800 años, siendo el mismo alquimista Nicolás Flamel. Esta era la visita de un Maestro (superior al Chela, jerárquicamente considerado).

En los primeros años de la década de 1930, se hace presente al grupo el Adepto Zanoni (superior en jerarquía a los anteriores, el Mejnour de la novela “Zanoni” y según el maestro Rojas, probablemente el mismo Adepto Hilarión), quien presenta a Israel Rojas a la Gran Jerarquía Blanca en los mundos tetradimensionales, como candidato a la iniciación.

He allí la secuencia y la tradición (Chela, Maestro y Adepto) para que una Orden pueda iniciar o continuar labores, dejando a cargo a un INICIADO.  Iniciado en el real sentido del término, es un proceso de índole espiritual interno, llevado a cabo en los mundos suprafísicos por el Gran Jerarca de los Adeptos del Transhimalaya, como lo enseña el maestro Leadbeater en “Los Maestros y el Sendero”, y no lo que llaman ser iniciado en un movimiento esotérico, en donde los grados y las iniciaciones son conferidas como una tradición de cada escuela, sin que el candidato tenga la altura espiritual para ser discípulo de los Jerarcas de la Gran Fraternidad de Adeptos que guían la evolución planetaria.

El Maestro Israel Rojas (Raghozini) decía que “los títulos no hacen maestros y en vez de beneficiar, envanecen, afectan la psique del estudiante, y retardan su crecimiento espiritual”, y nos recordaba las palabras del Adepto Zanoni: “la más grande virtud es la naturalidad”.  Esa es realmente la razón por la cual el Maestro Israel Rojas dejó de lado los arreos, títulos y grados de la tradición de la FRA (Fraternitas Rosacruciana Antiqua).

Nuestra escuela no tiene títulos, grados ni diplomas; enseña que cada quien DEBE DEMOSTRAR SU VALÍA, su desarrollo y sus logros a través de su trabajo interno mediante las prácticas correspondientes: “por sus frutos los conoceréis”.  Así, quien toma contacto interno con la Jerarquía, se convierte en el heredero espiritual de la Orden y por su propio poder se convierte en el superior de la Orden y todos comprenden que así ha sucedido y le guardan el debido respeto.

Al desincorporar el maestro Raghozini en 1985 sin dejar a nadie al frente del movimiento, surgieron luchas internas por la dirección material, mas no por la espiritual, pues el maestro había dicho que de momento no había nadie preparado para la labor de instrucción, pero que esa persona surgiría. 

En la línea iniciática el que instruye debe tener la capacidad de retrotraer a su consciencia los conocimientos adquiridos en épocas anteriores, tal como el Maestro Israel Rojas  lo había hecho al recordar las enseñanzas que 17.000 años atrás había recibido en Caldea de parte del Adepto Zanoni, y que luego entregó al encarnar en Egipto, siendo el faraón Akenathon de la Dinastía XVIII y en Colombia en el siglo XX, manteniendo la pureza de la tradición en sus tres delineamientos: el  Gnóstico, el Místico-Alquímico y el Kabalístico, que eran las ramas de la cuales era el Soberano Comendador.

El 27 de noviembre de 1987 surgió en Cali la Orden Rosa Cruz Kabalista, que dirige actualmente Iván Darío Quintero  —Zerión— discípulo del Maestro Raghozini.

 

 

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